“Estamos viviendo un proceso único en América Latina y Ecuador que se manifiesta en un acumulado de gobiernos progresistas, que fundamentalmente buscan poner énfasis en los aspectos de equidad (…) Equidad quiere decir que tenemos que ir hacia sociedades mucho más cohesionadas, mucho más igualitarias en términos de la distribución de los ingresos; en una región donde, según un informe de las Naciones Unidas del año pasado, hay la peor desigualdad del ingreso en todo el mundo”, señaló Fander Falconí, Secretario Nacional de Planificación y Desarrollo, en entrevistas realizadas en Ecuadorinmediato y Gama TV.

Para el secretario de Estado, la desigualdad se manifiesta en la tenencia de los activos y en las limitadas oportunidades para acceder a los recursos, “La falta de creación de oportunidades impide que los seres humanos seamos igualitarios en educación, en salud; y por lo tanto el reto enorme de los gobiernos es ir hacia esa búsqueda de equidad”, puntualizó.

“En el país existen muchos logros en materia distributiva”, señaló Falconí y agregó que esto se debe a la claridad en la ejecución de políticas públicas. Entre los resultados concretos se refirió a la caída de la pobreza, a la mejoría en el empleo y la equidad. “Este año se prevé una alta taza de crecimiento de la economía, una de las más altas en los últimos años, cercana al 8%, tal como va el acumulado de los dos primeros semestres, según cifras que ha expuesto el Banco Central del Ecuador”, afirmó.

Sobre el Plan Nacional para el Buen Vivir (PNBV), el funcionario indicó que este es un plan del gobierno ecuatoriano que busca la salida del neoliberalismo; marcando un antes y un después en la historia de la planificación nacional: “En el año 2006 nosotros teníamos un sistema de planificación derruido, un Estado que había sido esterilizado y secuestrado por los grupos de poder, un no concepto de país. Es decir, nosotros habíamos perdido la capacidad de planificar, regular, distribuir, que debe tener un Estado moderno; por lo cual ha habido un gran reto para fortalecer una institucionalidad”.

“Hay un plan de gobierno y una nueva Constitución que fijan claramente un régimen de desarrollo distinto. El Plan Nacional para el Buen Vivir marca definitivamente líneas para salir del neoliberalismo. Nos dejaron en el peor de los mundos, un Estado secuestrado, las empresas públicas en el peor de los limbos (…) En el plano económico hubo resultados absolutamente magros en términos distributivos y en términos de creación de oportunidades. Entonces, sin duda estamos bajo una nueva estrategia de desarrollo, una estrategia en transición. Cinco años es insuficiente para cambiar una estrategia de desarrollo, sin embargo hay hitos fundamentales y coherencia programática. Por ejemplo, todo el andamiaje que se ha constituido bajo las nuevas leyes pretende modernizar, racionalizar y buscar cambios sustantivos en el modelo de acumulación”, finalizó Falconí.

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